sábado, 18 de octubre de 2014

Creando ganas de leer

           ¿Cómo empezar a a trabajar con niños que no quieren leer, que no lo hacen porque dicen que no les gusta? Lo más probable es que lo que sienten es que tienen dificultades para hacerlo y que el viaje alucinante de la lectura se les hace muy cuesta arriba. Entonces de lo que nos tenemos que ocupar es de que estén preparados físicamente, es decir, de que desarrollen bien sus habilidades psicomotoras; no es una tarea fácil estar sentado durante un rato largo y mantener la vista constante en un plano pero haciendo continuos movimientos oculares para seguir la correlación de líneas de un texto de forma ordenada. Pues bien, para aguantar un rato parado es preciso haber empezado por hacer unos ejercicios de gimnasia cerebral (Brain Gym) que tienen como cometido vincular los dos hemisferios del cerebro, facilitar conexiones neuronales que pongan a disposición de los niños toda la energía de su cuerpo, evitando caer en una lateralidad excesiva. Si bien es importante tener claro con qué lado del cuerpo emprendemos cada actividad, esto es, cuál es nuestro lado dominante, no debemos circunscribirnos a este lado sino dar apertura al lado que nos sirve de apoyo.





          Trabajando de esa manera los alumnos despertarán un montón de instintos que tenían adormecidos, sentirán que tienen el cuerpo preparado para aprender, porque es cierto que ellos no hacen un análisis racional de sus capacidades para desempeñar una determinada tarea, ellos se guían por sus sensaciones físicas. Se notarán listos en cuanto que su cuerpo esté preparado para recibir estímulos y sepa decodificarlos, como así sucede cuando se ponen a descifrar los mensajes que todas esas letras agrupadas en palabras, oraciones y párrafos encierran. Quizá es algo parecido a una labor detectivesca que hay que impulsar sin intervenir con la intención de corregirles porque se equivocan. Dejémosles que se coman palabras o que las cambien, que se salten líneas, etc., ellos se han internado en el bosque de la lectura y claro está que no hay que pasar por todas las ramas para comprender su extensión, ni conocer todos y cada uno de los seres que lo habitan para hacerse una idea de cómo es el bosque y qué tipo de hábitat es. Ellos nos sorprenderán cuando al finalizar su lectura podamos comprobar que han entendido todo lo que han leído. Pero acaso hay que acobardarles con las típicas preguntas de control de lectura, como ¿De qué trata el texto? ¿Cuántos personajes hay? ¿Cuál es la enseñanza del texto? No, de lo que se trata es de que nos cuenten aquello que les haya llamado la atención, lo que les haya gustado, porque una parte importante del aprendizaje es kinestésico y está relacionado con todo lo emocional que se aviva en el niño al abordar una actividad. Aprenden y conocen aquello que significa algo que verdaderamente se conecta con su mundo interior, cuando perciben que algo externo toca una especie de botón en sus emociones y estas sienten que de alguna manera adquieren oxígeno y se liberan del cajón en el que las tenían guardadas.

                   Por otra parte, cada niño gusta de leer en un formato diferente: habrá quienes necesiten un libro de pictogramas porque tienen mucha habilidad visual y digamos que esta es su forma preferente de aprendizaje; otros querrán libros de Jerónimo Stilton porque combina muchos tipos de tipografía y tamaño de la letra que hacen la lectura más variopinta; otros buscarán los del Diario de Greg porque su apariencia se asemeja a la de los cuadernos en los que escriben ellos, los que tienen una línea por encima de la cual va inscrito el texto. Habrá algunos intrépidos que se lancen a leer las novelas de El Barco de Vapor. ¿Entonces qué? ¿Cómo hacer para que cada niño acceda al mundo de la información de la manera más adecuada para él? Esta selección es competencia de los profes y de los padres que deberán hacer una importante observación de sus alumnos e hijos para dar con lo que mejor pueda servirles a construir su aprendizaje. Lo construyen con sus propias manos, un castillo de palabras asociadas a imágenes que guardan en su mente y significados que poco a poco van comprendiendo e introduciendo en su ideario propio. Por eso es tan importante que enfaticemos su necesidad de diálogo, de comunicación, porque a través del lenguaje que ellos por sí solos construyen siembran el terreno que hará crecer la lectura y la escritura de una forma silvestre y natural. Que hablen entre sus iguales, que se transmitan experiencias, conocimientos, pensamientos, etc. y que dialoguen también con aquellas personas que les pueden aportar nuevas construcciones sintácticas, normas gramaticales y un profuso vocabulario que irá haciendo mella en ellos.  

            En definitiva, más comunicación y menos pantallas que estar visualizando todo el día. Sabemos que las habilidades visuales se desarrollan cuando cultivamos la visión de lejos, cuando estamos al aire libre y las cosas que percibimos están iluminadas de forma natural; sin embargo, hacer un uso excesivo de las pantallas que obligan a mirar tan de cerca está comprobado que puede obstruir el curso normal del desarrollo neuronal, además de que genera mucho estrés en los niños el hecho de estar mirando de cerca un mundo espectacular de colores e imágenes que desprenden una luz artificial.  
           Con todo el trabajo de acercamiento a la lectura lo que buscamos es darles la libertad de imaginar de fuera adentro y no solo de adentro afuera. Es fácil que un niño posea grandes dosis de imaginación para elaborar el mundo a la medida de sus necesidades e inquietudes, pero también es importante que pueda poner imágenes a lo que lee, partir de algo concreto ya dado para que al despuntar su imaginación no se escape de los límites que dan verosimilitud a lo imaginado y consiga establecer cierta correspondencia entre lo que lee y lo que imagina. Que no busque películas basadas en novelas para hacerse con esas imágenes, que las cree él mismo potenciando su creatividad y su facultad de dar cuerda a la fantasía y la ilusión. 
               







lunes, 15 de septiembre de 2014

La Selectividad o la vida


                Recién conozco a los chavales que cursan 2º de Bachillerato tengo que emprender el camino del apoyo moral y del cuidado absoluto, porque empiezan el curso como si se tratara de una carrera de obstáculos que finaliza en la Selectividad, pero la angustia de no llegar les abruma y les deja sin resuello. No entiendo por qué se lo tienen que hacer pasar tan mal. Padecen ansiedad, no duermen, sufren más de la cuenta por sentirse inválidos y desvalidos para la hazaña; porque yo creo que todos aquellos alumnos que pasan por el vertiginoso 2º de Bachillerato son héroes sociales. Son largos los programas y se ven rápido y así es imposible disfrutar una pizca. Es tremendo pero ni siquiera pueden ver las huelgas de enseñanza como algo honroso y necesario dado el momento que vivimos, porque para ellos supone que el temario habrán de estudiarlo por su cuenta. Con los consiguientes perjuicios que esto acarrea a la hora de poder comprenderlo bien. Y entre tanto deberían estar preocupándose por definir su carrera profesional pero ni tiempo tienen para somero esfuerzo, ni ganas de pensar a qué quieren dedicarse porque no ven más allá del examen que tienen mañana y después de mañana siempre ahí, impertérrita, la Selectividad. Pero a ver si somos capaces los demás de decirles que el futuro está negro y que ni intenten aspirar a ser lo que quieran porque no lo van a conseguir. Ellos tienen que aportar sangre nueva a la recrudecida historia laboral de nuestro país. Se entiende que no tengan tiempo ni para manifestarse a pesar de que si no cambian las cosas ellos van a padecer los mismos males que hay en la actualidad. Pero de veras que sintiéndoles de cerca uno ya ve que su situación es muy dura porque pueden repetir y repetir el mismo curso sin salir de la espiral de fracaso en la que se pueden ver envueltos.

                     Les cuesta pasar por este curso y en sus familias todos acusan el malestar y la incertidumbre. Hay padres que no confían porque el chico empieza suspendiendo muchas, ¡pero es que esa es la norma general! Van a duras penas remontando el curso en las recuperaciones y solo ellos saben el esfuerzo que están haciendo por superarse a sí mismos, porque ¿cuándo antes habían estudiado tanto como ahora...? Y quieren luchar y no he conocido a ninguno que no haya luchado, pero en el cole o instituto les dan batacazos y en casa se encuentran con el trasnochado comentario de que lo que pasa es que eres un vago. Algunos no más estudian porque les regalarán un Ipod si aprueban pero, señores, no funciona, de nada valen los chantajes y los reproches, los castigos y las maledicencias, lo que de verdad es significativo y les mueve a seguir adelante, a pesar de las dificultades, es que creen en sí mismos, un poco he de decir que gracias a que los profesores de apoyo les brindamos esa confianza y les alentamos a seguir contra corriente para salvar su futuro, para que dejen de ser los que son juzgados desde fuera y pasen a convertirse en los seres maduros que quieren ser. Personas que tienen inquietudes, que saben que merece la pena esforzarse para tomar elecciones en su vida, pero que muchas veces ven masacrado su esfuerzo por la dichosa nota de la Selectividad. Un examen como un salto mortal. Puede que uno haya logrado sacar el curso finalmente pero luego enfrenta esos días con tales nervios y preocupación que no puede dar de sí mismo todo lo que vale. Y a esto aspira la nueva reforma, a poner en esta tesitura a los chicos cada vez más a menudo.

                      Hay quien puede decir que así aprenden a saber lo que cuesta un peine, pero a mi parecer la situación de estrés que soportan estos alumnos es demasiada para su edad y para el asunto del que se trata, siendo como es de vital importancia. Pero no merece la pena tanto llanto. Ni que decir tiene que yo no querría volver a pasar por algo parecido porque cuando uno se estresa en el trabajo siempre encuentra la salida de que es trabajo, algo en cierto modo desvinculado de su persona; sin embargo, ellos son puestos en el disparadero como personas dudosamente aptas en su totalidad, ya que se enfrentan al curso pero a veces son batidos por él y no saben arreglárselas para retomar la iniciativa personal y el tesón. El estudio embarga su ser y puede pasar que no resulte victorioso.

lunes, 25 de agosto de 2014

Una asignatura para expresarse

                  La nueva reforma educativa es retrógrada en todos los aspectos pero más si cabe cuando analizamos qué supone la desaparición de una asignatura como la Educación para la Ciudadanía, lo cual nos anticipa que el futuro de la Filosofía irá por los mismos derroteros. Pues bien, ¿qué va a ser de los valores con los que esta materia impregnaba al alumno? Esta sociedad que pretende alzarse como democrática precisa de ciudadanos que luchen por implantar los Derechos Humanos, que con tanto varapalo son tratados a escala internacional; que intenten asentar la paz en su contexto vital, al menos, resolviendo los conflictos a través del diálogo y la búsqueda del consenso; que comprendan que la igualdad implícita en los seres humanos pasa por reconocer abiertamente las diferencias, y quererlas, y aplaudirlas, porque la homogeneidad ya nos la presentan las grandes ciudades del mundo con sus centros comerciales de lujo, donde concurren los ciudadanos que no conocen otra forma de sentirse como en casa.
             Estos valores son patrimonio de la Humanidad, pero no hay que olvidar que estos valores tienen una forma diferente de asentarse en cada persona. Y cada quien necesita explorar qué siente con todo lo que le pasa por dentro cuando se pone en relación con la vida circundante. Qué le ocurre cuando percibe la injusticia en su entorno, ya sea aplicada a él o no. En fin, se hace necesario pensar en una asignatura que englobe todo este trabajo personal, de cara a un grupo con el que nos disponemos a construir nuestra personalidad. Algunas experiencias de este trabajo han tenido ya lugar en nuestro país, pero ¿por qué no instaurarlas o reivindicar que se instauren a nivel oficial? Clases en las que se hagan dinámicas de grupo, dramatizaciones, juegos de roles, lluvia de ideas para realizar un proyecto, escritura creativa compartida, debates... hay multitud de formas mediante las cuales los alumnos pueden liberarse de todo el entramado emocional y afectivo que les acongoja, lo vuelcan fuera para convertirlo en objeto de análisis, porque mientras todo está dentro se confunde con nuestras mismas entrañas. Una vez que su mundo interior queda materializado comienza la ardua tarea de comprenderlo, para así llegar a entender cómo son y lo que piensan, aún más, a hallar su propio reconocimiento. ¿Cuántas veces no hemos pensado que estamos preparados para trabajar con lo que sabemos pero no con lo que nos pasa? Porque nadie nos enseña a despellejar nuestros problemas con el fin de que salgan a relucir nuestras inquietudes; ni a expresar verbalmente o por escrito nuestros sentimientos, y ni que decir tiene que solo a través del lenguaje la realidad se constituye como tal. Si no le ponemos palabras a nuestra vida sensible es como si no existiera, y así deben de sentirse muchos de los alumnos de hoy en día cuando salen de casa y van al colegio y en todas partes lo que requieren son chicos listos e inteligentes que destaquen por tener habilidades aumentadas. Y es que no han aprendido a vivir, solo a saber.
                   Escucharles, acercarse a ellos, conocerlos, dejar que expandan sus miserias y sus grandezas, que amplifiquen su ser ahí en medio de este mundo tan coercitivo, que les atenaza y les estruja le mente a costa de aplastarles el corazón. Bien valiente es el que se mantiene a flote entre tanto oleaje de leyes que se cargan el fuero interno de los hombres y las mujeres que hoy en día viven. Porque me consta que hay una educación diferente, pero se presta como un servicio privado al que no puede acceder todo el que quiere. Como siempre, acechantes, las diferencias económicas.

domingo, 17 de agosto de 2014

Cuando detectamos un mal comportamiento

                Nos convendría empezar diciendo que lo que aprendemos en la escuela no solo alcanza el nivel de lo cognitivo sino que los alumnos desarrollan una vida socioemocional gracias a sus relaciones de interacción con sus compañeros y con los profesores; y con ella aprenden a ser, a convivir, a hacer, etc., además de aprender conocimientos. Quizá el empeño que desde las familias o desde los centros se pone con el fin de aumentar el rendimiento escolar y lograr calificaciones altas actúa en detrimento de estos aspectos no cognitivos que les ayudan a relacionarse y a compartirse. Sobre todo debemos tenerlo en cuenta porque el fracaso escolar empieza por sentir un daño socioemocional intenso, generado en un contexto determinado, que termina por derivar en un mal comportamiento.

               Hay quienes mantienen un enfoque individualista y se cercioran de que son las características de la personalidad del alumno las que justifican la mala conducta; por lo tanto, uno por ser de una determinada manera es considerado "el especial" o "el perturbado". Y las expectativas en cuanto a él suelen ser negativas porque se entiende que la personalidad es algo inmutable. Sin embargo, lo que queremos defender aquí es que toda la realidad intrapsíquica del alumno se construye en unas circunstancias que pueden propiciar, mantener o bien acentuar el mal comportamiento, con lo cual haremos responsables de una denominada mala conducta no solo al alumno sino también a las familias, a los compañeros y a los profes. Cuando no se crea un clima favorable que haga posible el aprendizaje, cuando los alumnos no son reconocidos como individuos diferentes unos de otros, que han de ser aceptados y apreciados incondicionalmente como personas, cuando se intenta atender a las dificultades siguiendo un mismo patrón, y se critica y se impone; en todos estos casos se está perjudicando el desarrollo normal del alumno.

                Esta crítica que tanto perjudica la autoimagen del alumno puede provenir de casa o de la escuela: el cariño y la atención a sus necesidades es insuficiente, mientras que los castigos son excesivos y la aplicación de la disciplina incoherente. El estilo educativo de los padres puede no ser el más apropiado para el alumno, que luego acude a la escuela y se encuentra con un sistema escolar cuya cultura y práctica docente es irrespetuosa con la condición humana. Así, pues, un profesor de apoyo suele encontrarse en esta tesitura y, tras una larga reflexión, trata de aportar al alumno todo aquello de lo que carece en sus encuentros con los demás. Para que sea capaz de descubrirse a sí mismo respondiendo y reaccionando de forma más positiva y ausente de tensión. Después, se ha de intentar que internalice su nueva conducta y sea capaz de llevarla a cabo en contextos diversos.

               En ocasiones se presentan disfunciones en la colaboración familia-escuela, y es realmente importante que ambas partes trabajen conjuntamente para producir cambios en la conducta y para que una vez obtenidos se vayan aplicando en todos los contextos. El medio en el que los intercambios tienen lugar participa de esa facilidad o reticencia que tienen las personas a adaptarse a él; tanto el entorno familiar, como el sociocultural y el centro escolar. (Añadimos aquí a los profes de apoyo fuera de la escuela). Todos estos son los ámbitos en los que tiene lugar la construcción de los aspectos sociales, del sentido moral y del mundo socioafectivo del alumno, así que procuremos no analizar a un sujeto de forma aislada para decidir si se ha de separarlo del grupo por conflictivo, porque los problemas se resuelven precisamente cuando se forma parte, ya que en caso contrario uno tiende a marginarse.

martes, 12 de agosto de 2014

¿En qué consiste el aprendizaje?

                     Partimos de la creencia de que el profesor se convierte en un mediador subjetivo del aprendizaje, y lo que esto viene a significar es que el profesor ayuda a los alumnos a interpretar su medio, a reconocer todos los aspectos significativos que aparecen en su entorno pero que ellos por sí mismos aún no están en condiciones de interpretar. Un trabajo constante de observación y análisis conduce al profesor a ponerse en su piel, quien de hecho organiza y establece relaciones entre todos esos signos del modo que sabe más fiel en lo que concierne a la vida de su alumno. Así pues, ambos comparten el proceso de construcción de significados de la realidad que intentan conocer, utilizando el lenguaje como un vehículo que propicia dicho proceso y que se constituye como elemento fundamental.

                    Entonces hablamos de interacción social, como punto cardinal del aprendizaje, que además permite que el alumno se enfrente con los modelos conocidos de ser y entender la realidad, y se disponga a reconocer los diversos modos que existen de representación de la realidad. Si bien cada uno construye su conocimiento y su inteligencia, podemos plantear aquí la oposición entre Piaget y Vigotsky a raíz de la vital relación del sujeto con los otros. Porque estaríamos más de acuerdo con el segundo al afirmar que  todo lo personal va precedido de lo social y responde a los modos en los que el sujeto se socializa. Resulta pues necesario ampliar el espectro con el que poder identificarse e interaccionar con gente de toda clase y cultura, para que podamos relativizar y no pensar que lo nuestro, lo aprendido, es lo único manifiesto.

                   Este proceso de interacción social adopta la forma de una espiral, ya que a medida que nos proporcionamos relaciones sociales estamos contribuyendo a nuestro crecimiento personal, lo cual redundará después en un fortalecimiento de nuestros vínculos con los demás. Sabido es que nuestra forma de entender la realidad está mediatizada por nuestra manera de involucrarnos en lo social. En definitiva, vamos internalizando aspectos que nos permiten aspirar a unas funciones psicológicas superiores que no podremos configurar del todo sin nuestras herramientas de contacto y construcción de lo social.

sábado, 9 de agosto de 2014

Zonas de Desarrollo Próximo

                        Podría pensarse que si ofrecemos nuestra ayuda a un alumno para que trabaje mejor estamos de alguna manera impidiendo que trabaje de forma autónoma e independiente, y que esto va en detrimento de un abordaje personal de la complejidad del aprendizaje. Sin embargo, al constatar que lo que hacemos es movernos en estas Zonas de Desarrollo Próximo afirmamos con seguridad que lo que un alumno es capaz de hacer una vez con ayuda más adelante será capaz de realizarlo por sí solo. ¿Cómo es esto posible? Porque lo que l@s profes de apoyo facilitamos es una reestructuración de sus primigenios esquemas de conocimiento con el fin de modificarlos hasta que alcancen un nivel superior. Es decir, que estén más preparados para entender la realidad a partir de una secuencia donde primero aparece lo más simple y general, y después se llega a lo más complejo y detallado.
                        Este proceso de apertura de la mente es dinámico y precisa de una constante observación y revisión por parte del profesor pero también del alumno, que es quien ha de terminar regulando su propio aprendizaje: descubre y comprende, mediante la escritura o la expresión verbal, su modo de aprehender las realidades nuevas, sabe cómo ha de enfrentarse a las cuestiones difíciles, con paciencia y con seguridad, lo mismo que le brinda siempre su profesor. El estudiante se hace con todos los nuevos conocimientos que, si bien le han sido transferidos, ahora ya pasan a formar parte de su acervo cultural. Son ya suyos y trabajará con ellos de forma independiente. Y estos le conducirán a otros muchos a los que llegará por su cuenta.
                       Por supuesto, en las clases predomina un ambiente afectivo y de aceptación mutua en el que el alumno participará de forma constante. A veces en sus parlamentos no será lo suficientemente preciso y ajustado a la realidad de la que se trata, entonces el profe ha de intervenir para reformular su planteamiento de forma más concisa y técnica, siempre dentro de un marco de expresión que pueda llegar al alumno, no vaya a ser que se quede sin comprender lo que le estamos diciendo. Pero otras veces será él quien desempeñe el rol del experto y exponga  un tema, ya sea dirigiéndose al profe o a l@s compañer@s, con toda la claridad posible y de forma notable, es decir, reflejando que está bien informado, que se ha servido de distintos formatos para preparar el tema y que al fin sabe dirigir su explicación. Cuando uno expone su punto de vista sobre alguna cuestión se está ayudando a corregir las imprecisiones, a ser más explícito y reconsiderar su posición, en definitiva enriquece su aportación y la clarifica.
                       La tarea del profesor es ardua y está sujeta al cambio constante pues no podemos enseñar a todos los alumnos por igual, nuestra labor es diversificada, porque lo que a uno le sirve a otro no; y además la ayuda que ofrecemos está sometida a las necesidades del alumno en cada momento, ya que poco a poco vamos viendo que los alumnos internalizan los contenidos y entonces podemos trabajar con conceptos que ya están claros para ellos y ser más sintéticos. Otras veces nos sorprenderemos porque el alumno encontrará dificultades en algún punto que no esperábamos, así que tendremos que hacer lo no previsto. Y es que en realidad, el profe plantea una planificación del trabajo que ha preparado previamente pero a la hora de ir a por los retos abordables que se propone siempre surgen imprevistos y es preciso atenderlos de forma espontánea y con maestría. Así pues, el trabajo del profe es siempre personal y propio, no atiende a reglas fijas de ningún tipo.

sábado, 2 de agosto de 2014

Una mujer en Irán

                 Todos conocemos la historia de países en los que predomina, más aún que en el nuestro, la falta de libertad. Países como Irán, el cual ha vivido una revolución que ha llevado a muchos al exilio y a otros muchos a abrir las puertas de la muerte de forma anticipada. Y lo que quiero referir aquí es un libro escrito por una socióloga iraní, Parinoush Saniee, titulado "El libro de mi destino". Algunas partes de su entrevista con un periodista desvelan la importancia de la educación para liberarse de las cadenas que impone una política degenerada y maldiciente, que arrastra a la miseria a la mayor parte de los destinos humanos.

              Respuesta. Quería mostrar que la educación es lo más importante y que muchos han intentado mejorar su vida a través de la educación. Pero, después de la revolución, los que tomaron el poder eran acomplejados sin estudios que lograron de repente títulos sin merecerlo. Masumeh es consciente de ello y por eso pierde el interés. Si esa gente es capaz de conseguir tan fácilmente títulos que a ella le cuestan tantos años, ya no le importa. Por eso renuncia.

¡¡Que no decaiga el ánimo y el instinto de perfección para perseverar en el camino hacia un íntegro desarrollo personal, sin trampas ni atajos, el trabajo precisa su tiempo!!

              Respuesta. Gradualmente nos convertimos en extraños. Los que se fueron han recibido educación, son intelectuales que en Irán no tienen oportunidades. Cuando un día queramos reconstruir el país les necesitaremos porque el poder del intelecto es el mayor capital del país.

jueves, 24 de julio de 2014

Aprendiendo juntos

                   Tengo que insistir en eso de que es importante ayudar a los alumnos a que se atrevan a participar activamente en el grupo y a preguntar las cuestiones que les surjan a raíz de las explicaciones de l@s prof@s. Es cuando nos exponemos a interaccionar con los demás cuando hacemos uso no ya de nuestros conocimientos curriculares sino de nuestra habilidad para resolver una situación, guiados de nuestra inteligencia. Lo que nosotros sabemos es poco y es lo mismo de siempre, tenemos nuestros esquemas de conocimiento hechos a nuestra medida, y lo que pasa cuando dialogamos con los demás es que descubrimos nuevas formas de pensar, de vivir, de ser, etc. y esto nos descoloca; pero como decía Piaget, después se recupera el equilibrio, habiendo incluido en nuestros viejos esquemas todo el nuevo aprendizaje. Igual que no nos construimos solo con nuestras manos, porque es inestimable la aportación que los otros hacen a cuenta de nuestra elaboración como personas, nuestro aprendizaje de conocimientos se construye compartiendo con los otros lo que sabemos e incorporando toda la diversidad que radica en nuestra sociedad, lo que son nuestros compañeros de viaje. En grupo la meta es que el grupo salga enriquecido como tal, ni que decir tiene que el enriquecimiento personal va de la mano. Pero está bien que a veces cumplir nuestros objetivos suponga aceptar la interdependencia, abrir nuestra experiencia a los otros para que surjan conflictos, cuya resolución es un triunfo a todos los niveles. Nuestro rendimiento de partida crece potencialmente en la medida en que trabajamos en grupo, considerando esto como Zona de Desarrollo Próximo, porque los demás se convierten en apoyo y sostén de nuestras experiencias de aprendizaje, ya sea vital o curricular. Y bastan a veces dos personas para que esta situación sea factible, por eso yo soy profe de apoyo.

              Claro que se sabe que muchas veces, al crearse un grupo, se está dando la oportunidad a ciertos alumnos de que monopolicen el transcurso del trabajo. Por otra parte, tantas veces hay a quien le toca encargarse de hacer el trabajo, mientras que los demás solo dicen escurridizos que ellos no saben tanto... Pues bueno, como educador@ será mejor estimular la lucha entre ellos, para que no acepten situaciones que les son desfavorables, y motivarles también a ser ellos expertos en alguna materia y poder enseñársela a otros que se consideran sus iguales. Vamos, yo hasta les digo que ellos son los profesionales en la materia y que estoy muy interesada en conocerla... No creo que sea lo más adecuado dirigirles desde fuera porque en ese grupo nace algo propio, que es genuino, y no se puede manipular, si bien creo que alguna intervención orientativa puede darse como válida, además de un análisis posterior al trabajo con los alumn@s, para que se puedan rescatar aspectos valiosos del trabajo en equipo y a su vez descartar las opciones que conducen al riesgo de individualización, como vía de escape.

              A esto lo voy a llamar aprendizaje cooperativo o colaborativo, que más o menos quiere decir lo mismo. 

domingo, 20 de julio de 2014

Lo que somos no es solo cultura

                   Una dice que quiere dar su apoyo a los estudiantes que lo necesiten, porque quiere evitar a toda costa que en el colegio le extraigan del grupo y le traten de compensar sus supuestas deficiencias partiendo de una segregación preliminar. Cuando yo trabajo a solas con mis alumnos lo que trato es de reforzar su talento para que aprendan a desenvolverse en grupo, pues quizá en él no puedan sobrevivir porque no destacan. ¡Si se intentara cooperar y no competir! Y yo me pregunto si acaso eso es lo que hay que potenciar, que la gente sobresalga, marque la diferencia, toque la cúspide de quienes son elitistas. Pues desde mi punto de vista, que estemos todos en el mismo aula contribuye a asimilar lo que somos y a diferenciarnos como sujetos que no están estigmatizados por su cultura. Si empezamos distinguiendo según la cultura a la que un alumno pertenece perdemos de vista que en realidad somos seres cambiantes que van adquiriendo una personalidad propia porque crecen en un contexto determinado que borra la clásica caracterización cultural, porque de hecho cada desarrollo personal se levanta sobre un suelo de mezcla, de diversidad, de múltiples oportunidades de llegar a ser alguien distinto al que se es ahora. Pero será un desarrollo armonizado, diríamos polifónico, si aceptamos que se alimenta de voces diferentes, que reunidas suenan bien. Somos tal vez ese unísono.

                 Habrá pues una base que solo debería marcarse como algo homogéneo en cuanto a los recursos instrumentales que se le deben proporcionar al alumnado. Solo en ese caso hablamos de igualdad, pero ¿qué ocurre con la diversidad, que decimos que hay que "atenderla", como dándole de comer aparte? Claro está que se recrudece la situación de los que presentan ciertas diferencias, ya sea sociales, escolares, etc., frente a la norma porque se les condena a ser atendidos por presuntas carencias sin darles lugar a que desarrollen sus facultades y genialidades propias. No. Se eleva un muro entre el nosotros y ellos. Hay un patrón normalizado y a las personas se las pretende instalar en ese patrón. Lo que es diferente y no casa con el patrón se entiende que es problemático. Y las soluciones que se presentan resulta que muchas veces conducen al fracaso escolar de quienes no se han sentido valorados, aquellos estudiantes que finalmente quedan fuera del sistema. ¡Que paradoja!

                Si es que la diversidad es una condición humana independiente de la cultura a la que pertenecemos, cada uno de nosotros poseemos unos rasgos propios que son los que nos dan el ser, los que se van forjando con el paso del tiempo en función de dónde vivamos, porque aunque venimos de alguna parte con ciertas señales del lugar de procedencia no podemos quedarnos no más siendo una constante repetición de signos huecos y sin vida. Somos human@s en interacción constante con un grupo que siempre es heterogéneo, y es en él en el que nos construimos como personas bien diferenciadas de los tópicos, nadie es en sí mismo ni siquiera un arquetipo que sirva como representación de una cultura. Eso que llaman cultura es como una encerrona y a la vez una manera de encerrarnos a las personas en compartimentos estancos que no deben entrar en contacto para crecer, porque se nos intenta hacer creer que explotarían. Se trata de estrechar lazos humanos, porque en ser humanos nos parecemos, y no de chocar como automóviles. ¿Quién cree posible que haya formación sin los otros, los que no son como yo, los que nos estimulan a cambiar y nos aportan nuevos significados, los que nos hacen dudar de la validez de lo que pensamos como aforados... Y entonces mi trabajo consiste en que cada alumno asuma su condición de estar en proceso, siempre creciente y sin que exista la completitud. Siendo como él es, encontrando sus raíces intelectuales para desplegar todo un arbolado de habilidades y destrezas que son suyas, y que como puede pasar que el grupo le discrimine en un principio, yo lo que hago es ayudarlo a sentirse fuerte y motivado para entregar de lo suyo pero también para saber recibir lo ajeno como algo muy valioso y reconstituyente.

sábado, 28 de junio de 2014

Hacerse mundo


Escuchas el silbo de un pájaro  

cómo rompe una ola contra la arena

una palabra repercute en tu interior

así quizá un poema

y ya no es igual lo que sigue

se enzarzaron viento y cielo

y salpican significados

hacia el paladar de tu mente

que te ayuda a decir cosas

pues tú parece que ya entiendes

al rellenar el hueco que ocupas

de escritura y lo que sientes

suena a lo que eres -creaste música-

descifra entonces el mundo

el propio y el ambulante

mas guarda en ti todo aquello

que te mueva a pensar p-o-r q-u-e vives

 

Documental: Misiones Pedagógicas 1934 - 1936. República española. English subtitles


Si me preguntáis por qué...

                El conocimiento brota casi con el despertar de nuestros sentidos, y quizá es lo único que no se detiene jamás. Avanza más rápido incluso que nuestra capacidad de construirnos una vida en la que permanecer pues a veces sabemos más de lo que tenemos y aprendemos a estar mejor con nuestra mente que en el mundo tal como es. Porque todo lo que albergamos en ese recinto tan especial es un material que no se desgasta sino que se va ensamblando con el tiempo y nos guarece de la tormenta que en ocasiones se desata ahí fuera. Aquí me veis, a mí que he guardado poemas, música y letras, imágenes, pensamientos, películas, etc., los he guardado porque los encontré en alguna parte o porque alguien me los entregó. Entonces, lo que yo quisiera es depositar en las personas este tesoro para que les acompañe en cualquier circunstancia y les facilite a su vez sobrevivirla. Ayuda sentirse lleno de vida, reconstruida de forma reflexiva a partir de todo lo que percibimos y asimilamos. Nos conmociona aprender e integrar, y envolvernos en el barro de la sabiduría para suavizar el combate con el entorno. Expresando yo a los demás todo esto que creo que sé me dispongo a movilizar su historia personal, en la que consta no todo lo que nos ocurre sino lo que despierta en nosotros esto que ocurre, partiendo siempre de una forma de comprensión propia, de un modo de representación único y original.

                 Una escuela, me propongo una misión que tiene lugar en nuestro encuentro, alumn@ y profesora junt@s avanzando hacia el conocimiento, un camino que emprendemos de la mano, por el que transitamos sin estar un@ por delante del otr@. No es que yo pretenda demostrar que sé sino facilitar que mi alumn@ sepa trepar a su mente y despejarla hasta el punto de que en ella encuentre cómo resolver las cuestiones, las dudas e incógnitas que encierran los libros y las disciplinas que ha de estudiar.

              Y bien, como he experimentado en cada alumn@ una forma de inteligencia y de sensibilidad valiosísima, siempre diferente, lo que procuro es que reconozcan en ell@s mism@s la mejor fuente de discernimiento y que hagan de sus propias manos herramientas para decodificar la realidad. No hay nadie mejor que un@ mism@ para explicarse las cosas, de ahí que mi labor consista en insuflar confianza y respeto hacia lo que uno es y puede llegar a ser. Los libros, la cultura y el aprendizaje son tan solo el soporte necesario que hace posible nuestro crecimiento. Pues que no les falte este soporte, entreguémoselo. Porque nos construimos hacia fuera pero desde dentro, las raíces de todo lo que dejamos ver y a todos sirve se hallan en el interior, por qué no decirlo, en nuestro corazón. Que no late con igual intensidad en todos los momentos; pues ahí está lo que yo pretendo, avivarlo, arritmarlo, y no dejarlo morir.